Tras servir como segundo al mando durante dos términos del presidente Uhuru Kenyatta, William Ruto se vio abandonado en el camino hacia el sillón ejecutivo después que el jefe de Estado se reconciliara en marzo de 2018 con Raila Odinga, quien un año antes lo acusó de robarle las elecciones.
El estrechón de manos de ambos hombres en la residencia ejecutivo en esta capital asombró al común de los kenianos, pues además de sus diferencias políticas, están separados por líneas étnicas: Kenyatta es kikuyu y Odinga luo.
Sin embargo, la reconciliación sobrevivió a los más de cuatro años transcurridos desde entonces y es de esperar que desempeñe un papel decisivo en los resultados de los comicios; de no ser así, los votantes kenianos estarán obligados a concurrir a las urnas por segunda vez, una primicia en la historia de este país.
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