El paro afectará al servicio postal de la compañía Royal Mail los días 26 y 31 de agosto, y el 8 y 9 de septiembre.
La decisión de ir a la huelga no se toma a la ligera, pero los trabajadores de correo están siendo llevados al límite, afirmó el secretario general del gremio, Dave Ward, tras señalar que el 97 por ciento de los afiliados votaron a favor de la protesta.
La administración de la empresa de correos ofreció un aumento salarial del dos por ciento, pero el sindicato dijo que esa cifra redundará en una disminución drástica del nivel de vida de los empleados, debido a la galopante inflación.
No podemos aceptar que la compañía alegue no tener dinero cuando sus directivos obtienen ganancias de 758 millones de libras esterlinas (unos 915 millones de dólares), y los accionistas se embolsillan 400 millones de libras (482 millones de dólares), afirmó Ward.
Según el líder sindical, el mensaje para la administración del Royal Mail es sencillo: habrá interrupciones graves del servicio postal hasta que tomen en serio lo del incremento del sueldo.
La huelga de los carteros y empleados de correos será la mayor que se produce este verano en el Reino Unido, donde en las recientes semanas los trabajadores ferroviarios y del metro de Londres también exigen un alza salarial acorde con la tasa inflacionaria, que supera ya el nueve por ciento, y podría llegar al 10 por ciento para finales de año.
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