«Basándose en sus propios compromisos, simplemente no tienen derecho a limitar la concesión de visados por completo a cualquier grupo de personas, este paso matará toda idea de democracia, liberalismo, libertad y, como la llaman ellos, ‘tolerancia cero’ a la xenofobia, nacionalismo y así sucesivamente», refirió la diplomática en Telegram.
Zajárova añadió que las intenciones manifestadas por Tallin y Helsinki rozan el borde del nacionalismo, al tiempo que las catalogó como un absurdo.
Al respecto, la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso hizo hincapié en que «garantizar la libertad de movimiento es uno de los compromisos centrales, consagrados por documentos constitutivos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa».
Las declaraciones de la Zajárova responden al comentario realizado el pasado lunes por la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, quien ve como incorrecto que los rusos puedan «vivir una vida normal» y viajar a Europa mientras Moscú realiza acciones militares en Ucrania.
Asimismo, su homóloga de Estonia, Kaja Kallas, escribió en su cuenta de Twitter que «ahora es el momento de poner fin al turismo desde Rusia». «Dejen de emitir visados turísticos a los rusos. Visitar Europa es un privilegio, no uno de los derechos humanos», afirmó la política.
Marin y Kallas no son las primeras responsables políticas en hablar sobre medidas de este tipo. La embajada de Letonia en territorio ruso informó la semana pasada que suspende «por un plazo indefinido» la aceptación de solicitudes de visados para ciudadanos de este país.
Desde la representación diplomática vincularon la medida con «la situación internacional», al tiempo que precisaron la posibilidad de seguir emitiendo autorizo de entrada a Riga solo para aquellas personas necesitadas de viajar para asistir al funeral de un familiar.
Tras el inicio del operativo militar en territorio ucraniano numerosos países, condenaron la acción emprendida por Moscú el pasado 24 de febrero para desmilitarizar y desnazificar Ucrania, ante lo cual activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan elevar el costo del conflicto para el Kremlin.
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