«Ahora habrá discusiones mutuas, seguidas por una respuesta de EEUU. No creo que sea muy rápida, tendrán que estudiar todo cuidadosamente y entender qué quieren hacer a continuación», manifestó a la agencia Sputnik el vicedirector del departamento para la no proliferación y control de armas de la cancillería rusa, Ígor Vishnevetski.
Al respecto, el diplomático confirmó que el paro de las requisas dentro del acuerdo se aplica por primera vez, posibilidad utilizada por Moscú ante la imposibilidad de los funcionarios rusos de acceder a los países donde hay sistema para inspeccionar.
Vishnevetski añadió que existe actualmente una situación desigual y desventajosa para la nación euroasiática, pues los inspectores no pueden volar por Europa, ni se les permite obtener visados de tránsito, ni dejan pasar los aviones con matrícula rusa por el espacio aéreo del denominado Viejo Continente.
Ante lo cual, enfatizó que Moscú no ha impuesto ninguna de esas restricciones contra los especialistas estadounidenses.
Asimismo, el diplomático agregó que, según el Start III, la nación euroasiática tuvo solo 32 horas para responder a la solicitud Washington de inspecciones.
El pasado lunes, Rusia notificó oficialmente a Estados Unidos que sustrae temporalmente sus instalaciones de las inspecciones realizadas dentro del Tratado sobre la reducción de armas estratégicas.
En ese momento, el Ministerio de Exteriores ruso explicó que la decisión se debe a las acciones de Washington que, en su opinión, buscan reiniciar las inspecciones en las condiciones que «no tengan en cuenta las realidades actuales, otorguen ventajas unilaterales para ellos y, de hecho, nieguen a Moscú el derecho a realizar inspecciones en el territorio estadounidense».
El vicecanciller Serguéi Riabkov, confirmó la víspera que el «detonante» fue la notificación recibida desde la Casa Blanca de su intención de realizar una inspección en instalaciones rusas en los próximos días, una medida considerada como «una provocación clara» por Moscú.
El pacto de desarme nuclear limita los arsenales de los dos países a un máximo de 700 misiles desplegados, mil 550 ojivas nucleares y 800 vectores, desplegados y en reserva.
Suscrito en 2010, el convenio entró en vigor en 2011 por un periodo de 10 años, prorrogable por otros cinco.
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