Según informó la Oficina de Meteorología británica, la advertencia se extenderá hasta el domingo, y aunque las temperaturas no alcanzarán el récord de 40,3 grados centígrados registrados en julio pasado, los termómetros podrían marcar hasta 35 grados en algunos lugares.
Además de los efectos adversos para la salud de las personas vulnerables como niños y ancianos, el transporte y las condiciones de trabajo, el calor extremo de los próximos cuatro días incrementará el riesgo de incendios por la sequía imperante.
El riesgo de incendios en la mayor parte del centro, sur y este de Inglaterra es muy alto, y a partir del viernes aumentará aún más, hasta alcanzar la categoría de excepcional, afirmó el meteorólogo Marco Petagna.
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