Según la publicación Neurology, hacer manualidades, practicar deportes o ser voluntario estaban relacionadas con un menor peligro de sufrir ese mal de salud.
La actividad cognitiva incluía leer, escribir por placer, ver televisión, escuchar radio, tocar instrumentos musicales, usar el ordenador y hacer manualidades. Los que desarrollaban estas acciones tenían un 23 por ciento menos de riesgo de padecer demencia.
Respecto a las físicas incluían caminar, correr, nadar, montar en bicicleta, utilizar máquinas de ejercicios, practicar deportes, hacer yoga y bailar, estos tenían un 17 por ciento menos de riesgo de demencia.
Las actividades sociales se referían a la que implicaban la comunicación con los demás e incluían asistir a una clase, unirse a un club social, ser voluntario, visitar a familiares o amigos, o asistir a actividades religiosas.
Esos individuos-según la fuente- tenían un siete por ciento menos de riesgo de demencia.
Los científicos recomendaron ser siempre activo por sus notables ventajas, y aclararon que hay muchas actividades fáciles de incorporar a la vida diaria que pueden ser beneficiosas para el cerebro
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