De acuerdo con un nuevo informe, en 2019 un total de 1,7 millones de muertes estuvieron relacionadas con la exposición a las PM2,5, partículas muy pequeñas suspendidas en el aire con un diámetro de menos de 2,5 micras, indicó el portal Zee News.
La materia particulada incluye sustancias químicas orgánicas, polvo, hollín y metales y pueden provenir de todas las clases de combustión, como la de los automóviles, fábricas, quemas agrícolas y otras actividades y se considera un contaminante atmosférico por sus efectos nocivos sobre la salud.
Ciudades de Asia, África y Europa Oriental y Central fueron las que sufrieron los mayores impactos en la salud, pero Nueva Delhi tiene el nivel medio más alto de PM2,5 entre las urbes más pobladas del mundo, según un análisis de la contaminación atmosférica y los efectos en la salud global de más de siete mil metrópolis.
El informe «La calidad del aire y la salud en las ciudades», publicado por el Instituto de Efectos sobre la Salud con sede en Estados Unidos, combina datos de satélites y modelos para elaborar las estimaciones y se centró en dos de los contaminantes más perjudiciales, las partículas finas (PM2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO2).
Entre las urbes más pobladas de cada región, Nueva Delhi y Calcuta figuraron entre las 10 con mayor carga de enfermedades relacionadas con las PM2,5 en 2019.
India e Indonesia registran el aumento más grave de la contaminación por PM2,5, mientras China experimenta las mayores mejoras.
De las 50 núcleos urbanos con el aumento más severo de PM2,5, hasta 41 están en la India y nueve en Indonesia.
Por otro lado, de las 20 ciudades con mayor disminución de la contaminación por PM2,5 entre 2010 y 2019, todas son de China.
El informe señala que respirar incluso niveles bajos de contaminación a lo largo del tiempo puede producir una miríada de efectos sobre la salud, como la reducción de la esperanza de vida, la falta de asistencia a la escuela y al trabajo, las enfermedades crónicas e incluso la muerte.
Reveló el documento que, en todo el mundo, la contaminación del aire es responsable de una de cada nueve muertes, lo cual representa 6,7 millones de muertes en 2019, con impactos fuertes en jóvenes, ancianos y personas con enfermedades respiratorias y cardíacas crónicas.
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