La cuenca del Mar Mediterráneo experimenta este verano temperaturas superiores a las normales, escenario que el director del Centro de Estudios del Mar del Instituto Católico de París vinculó con situaciones como la reciente tormenta que azotó con vientos de más de 220 kilómetros por hora a la isla de Córcega, con lamentables consecuencias humanas y materiales.
En declaraciones a la cadena Franceinfo, el especialista marino precisó que los océanos y el impacto del cambio climático sobre los mismos no han atraído toda la atención necesaria, lo cual llamó a revertir, a propósito de negociaciones en curso en la ONU.
Los océanos suministran el 50 por ciento del oxígeno que respiramos y absorben un 30 por ciento de las emisiones de Dióxido de Carbono, señaló.
Incendios forestales, sequías, tormentas más severas y olas de calor han golpeado este verano con particular fuerza a países mediterráneos como Argelia, España, Francia, Italia y Marruecos.
Como resultado del cambio climático, la temperatura media aumentó en la cuenca 0,036 grados centígrados por año entre 1993 y 2020, alrededor de un grado en esa etapa, según los datos del programa europeo de observación de la tierra Copernicus.
De acuerdo con el experto francés en temas del clima Robert Vautard, los fenómenos extremos serán más frecuentes a partir de este panorama.
A juicio del director de Investigación del Centro Nacional de Investigación Científica, el comportamiento no tiene por qué ser igual en los diversos países ni en todos los años.
Respecto al evento extremo que acaba de vivir la isla de Córcega, Vautard coincidió en la amenaza que representa el calentamiento del Mediterráneo, que genera condiciones favorables para ciclones, los cuales sin bien no tendrían la intensidad de los que azotan en el Trópico, causarían muchos daños.
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