De acuerdo con el reporte del ministerio de Defensa, los buques de la Marina Real que patrullan el estrecho que separa la costa sur de Inglaterra del norte de Francia detectaron el lunes un total de 27 botes pequeños con mil 295 personas a bordo.
Las embarcaciones fueron escoltadas hasta los puertos ingleses de Dover y Dungenes, y sus ocupantes trasladados a centros de alojamiento hasta tanto se determine su situación migratoria.
Aunque según el informe oficial ningún bote alcanzó las costas británicas sin ser controlado, la cifra de migrantes detectados la víspera supera los mil 185 interceptados el 11 de noviembre de 2021, año en el que llegaron un total de 28 mil 526 personas.
En lo que va de año, al menos 22 mil 670 refugiados, en su mayoría procedentes de países africanos, Irán y Afganistán, cruzaron el canal de La Mancha a bordo de embarcaciones endebles, para buscar asilo y mejores condiciones de vida en el Reino Unido.
El incremento en la llegada de migrantes irregulares se produce a contrapelo de las amenazas del gobierno conservador británico de deportar a Ruanda a todos los que ingresen de esa forma al Reino Unido.
El plan diseñado por Londres como parte de una controvertida reforma del sistema de inmigración contempla que esos refugiados deberán permanecer en campamentos construidos por las autoridades ruandesas mientras se tramitan sus solicitudes de asilo.
Diversas organizaciones benéficas, humanitarias y religiosas británicas, además de diputados opositores y del propio Partido Conservador se oponen a las deportaciones, por considerarlas ilegales y violatorias de los derechos humanos de los solicitantes de asilo.
En junio pasado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos impidió el despegue del primer vuelo con destino a Ruanda, pero tanto Rishi Sunak como Liz Truss, los dos candidatos conservadores que pugnan por reemplazar al dimitente primer ministro Boris Johnson, se comprometieron a seguir adelante con el programa de deportaciones.
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