La delegación, integrada por 14 personas y encabezada por el director general de la entidad internacional, Rafael Grossi, fue vista arribar en la mañana de este martes a un hotel de la capital ucraniana.
La visita del OIEA tiene lugar en medio de recurrentes ataques ucranianos en el entorno de la planta atómica de Zaporozhie, controlada por las tropas rusas desde marzo pasado, que causan preocupaciones ante la posibilidad del desencadenamiento de una catástrofe nuclear.
Anteriormente, el representante permanente de Rusia ante las Organizaciones Internacionales en Viena, Austria, Mijaíl Uliánov, confirmó que la información recabada durante la inspección a la instalación nuclear permitirá hacer una evaluación independiente de la seguridad de la planta y de los riesgos asociados a los ataques.
La víspera, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, adelantó que la delegacoón del OIEA llegaría a la planta a través del territorio controlado por el Ejército ucraniano.
«Llevamos mucho tiempo esperando esta misión. La consideramos necesaria. Y todavía creemos que todos los países deben ejercer presión sobre la parte ucraniana para que deje de poner en peligro al continente europeo», destacó el vocero.
Más temprano, las autoridades locales de Zaporozhie denunciaron que las tropas ucranianas bombardean lugares situados en el posible itinerario de la misión del OIEA para llegar a la central.
El miembro del consejo principal de la administración de Zaporozhie, Vladimir Rógov, precisó a la agencia RIA Novosti que las fuerzas ucranianas lanzaron proyectiles contra un sanatorio de la planta nuclear, sitio donde podría alojarse la delegación de la entidad atómica.
Rógov añadió que, en la madrugada de este martes, las tropas de Kiev volvieron a bombardear el territorio de la central con uso de artillería de gran calibre. “Dos impactos se registraron cerca del edificio de almacenamiento de combustible nuclear usado”, destacó.
Desde el pasado 5 de agosto, tanto autoridades locales como rusas denuncian los ataques directos contra la instalación atómica por parte de Kiev.
En paralelo, no cesan las acusaciones сontra el Ejército ruso por los ataques y el agravamiento de la situación.
Sin embargo, Moscú dejó claro que sus militares no tienen ningún motivo para bombardear la planta y que, por el contrario, trabajan en coordinación con los empleados para evitar un desastre radiactivo.
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