Desde su muerte, el caso de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, luego canonizado, no logró avanzar como se esperaba, ya que constantemente sufrió obstrucciones en los tribunales salvadoreños, precisa la información.
Según datos del Centro para la Justicia y la Responsabilidad, citado por la emisora radial, uno de los arquitectos del asesinato del arzobispo Romero fue el capitán Álvaro Saravia, quien se encuentra oculto en algún lugar de Estados Unidos.
Saravia vivía en Modesto, California, donde dirigía un negocio de venta de autos, sin embargo, en septiembre de 2003, el Centro para la Justicia y la Responsabilidad y la firma de abogados Heller Ehrman interpusieron una demanda en su contra por su papel en el asesinato, precisó la información.
En el año 2004, un juez federal emitió una sentencia en rebeldía, ya que Saravia no se presentó a la vista pública en la que se encontró al excapitán responsable de hecho extrajudicial y crímenes contra la humanidad.
Se le ordenó pagar 10 millones de dólares a un familiar de Monseñor Romero y debido a esto Saravia está en la lista de criminales más buscados por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Según Ovidio Mauricio, de Tutela Legal “Dra. María Julia Hernández”, en la actualidad el proceso parece estar paralizado y lamentó que ningún caso de los ocurridos durante la guerra, se haya abierto a las puertas de la justicia.
Luego de la reapertura de la pesquisa, en octubre de 2018, el Juzgado Cuarto de Instrucción ordenó una nueva investigación a la Fiscalía General de la República, para conocer a otras personas implicadas en el asesinato del prelado, además del capitán Álvaro Saravia.
A 42 años el crimen continúa en la impunidad, precisa Radio Ysuca, a pesar que la Iglesia Católica reconoció que el arzobispo de San Salvador fue asesinado por odio a la fe y lo declaró santo.
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