El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, viajó este martes a la capital germana, donde será recibido por el Canciller Federal, Olaf Scholz, y luego participará en calidad de invitado a una reunión extraordinaria de todos los ministros alemanes.
Scholz ve con muy buenos ojos un mecanismo de interconexión gasística desde España a través de los Pirineos, pero de momento el proyecto tropieza con las reticencias de Francia.
Si bien, según trascendidos, Sánchez tiene esperanzas de convencer al presidente francés, Emanuel Macron, de la iniciativa, también prepara un plan B, más costoso y de conjunto con Italia.
De tal forma, serán temas a abordar entre el jefe del Ejecutivo español y Scholz en el castillo de Meseberg, a unos 70 kilómetros de Berlín.
Alemania es a priori el país con mayores preocupaciones energéticas a partir de su dependencia de Rusia, las sanciones en contra de Moscú y la persistencia de la guerra en Ucrania.
La interconexión, eventualmente entre España y Francia para el suministro a otros países, cuenta con financiación de la Unión Europea, y es parte de sus planes para buscar independencia energética hacia el futuro.
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