«Es inaceptable lo que ocurre actualmente en los países del Báltico e, indudablemente, repercutirá en las relaciones bilaterales con esas naciones», refirió la cancillería rusa en un comunicado difundido en su portal web.
Los gobiernos de Letonia, Lituania y Estonia, antiguas repúblicas de la desaparecida Unión Soviética, desmantelaron prácticamente todos los monolitos erigidos a las fuerzas de esa nación que liberaron estos territorios del yugo de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El ente diplomático detalló que los casos de vandalismo contra los monumentos en estos tres países aumentan desde el inicio de la operación militar de Rusia para frenar los bombardeos ucranianos contra los civiles de la región de Donbass.
Asimismo, la cancillería rusa condenó los métodos bárbaros utilizados por Riga, Vilna y Tallín para desaparecer el legado histórico soviético.
«Tomamos y tomaremos medidas asimétricas, en particular en el plano político y económico. La responsabilidad será de las autoridades de esos tres países que se niegan a entender lo que hacen», recalcó la institución.
La semana pasada el Gobierno letón demolió el Monumento a los Libertadores de Riga pese a las protestas ciudadanas.
Igualmente, a mediados de agosto, las autoridades estonias desmantelaron el monumento al tanque soviético T-34, símbolo de la victoria de la Unión Soviética sobre las fuerzas de la Alemania nazi en 1945.
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