En declaraciones tras anunciar medidas para mitigar los altos precios y promover el ahorro energético, De Croo afirmó que no existen soluciones milagrosas a nivel nacional y que Europa «debe hacer lo que pueda para proteger a sus ciudadanos y empresas».
Bélgica tiene la vista puesta en la reunión de emergencia de ministros de Energía europeos del próximo 9 de septiembre, en el que estarán sobre la mesa medidas para el mercado.
Anteriormente, en reunión del comité de concertación belga se aprobaron medidas de eficiencia energética, en línea con los planes asumidos por la Unión Europea para reducir la demanda y ahorrar gas de cara al invierno.
Entre las medidas destacan la reducción de la temperatura a los 19 grados en todos los edificios, la regulación del uso del aire acondicionado y el corte eléctrico de la iluminación de edificios y monumentos a las 19 horas.
Además, el Ejecutivo belga mantiene hasta 2023 el impuesto sobre el gas y la electricidad al seis por ciento, en lugar del 21 por ciento habitual, y continuará con la reducción de los impuestos especiales a los carburantes.
Con respecto a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y las especulaciones por el auge de los precios, el Gobierno estableció un grupo de trabajo para estudiar los instrumentos fiscales y legales para rebajar las ganancias que algunas compañías energéticas obtienen actualmente.
Los problemas con los hidrocarburos en los países del viejo continente se agudizaron tras el estallido del conflicto bélico en Ucrania del Este.
Varios países occidentales activaron numerosas sanciones económicas contra Rusia después de que su Gobierno reconociera a las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk e iniciara una operación militar especial ante la solicitud de ayuda de estas para contrarrestar la agresión de grupos paramilitares neonazis y el Ejército de Kiev.
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