Será necesario que los jefes de los estados europeos pongan en funcionamiento el recién terminado gasoducto Nord Stream-2, de lo contrario se complicará aún más la vida de sus ciudadanos, consideró el funcionario en su cuenta de Telegram.
El referido ducto fue construido para llevar más de 50 mil millones de metros cúbicos de gas natural al año, a través del mar Báltico, desde terminales en Rusia hasta concentradoras en Alemania, pero su puesta en funcionamiento fue congelada por Europa, tras su terminación.
Europa tiene dos opciones para salir de la situación que sus gobiernos crearon: eliminar las sanciones ilegales aplicadas a Rusia y poner a funcionar el Nord Stream-2 o dejarlo todo como esta, para empeorar sus economías y aumentar el sufrimiento de los europeos, estimó.
Volodin indicó que en 2021 los estados europeos compraban 341 mil millones de metros cúbicos, de los cuales el 50 por ciento llegaba a través de gasoductos rusos.
Las sanciones contra nuestro país desembocaron en una crisis energética en Europa, creadas por los mismos gobiernos de esa región, opinó el máximo dirigente de la Duma.
De acuerdo con Volodin, el presidente francés, Emmanuel Macron, intentó resolver el problema del déficit de gas durante una reciente visita a Argelia, pero ese intento careció de resultados, apuntó.
Pero incluso, si Europa pudiera contar con el suministro de África, el Medio Oriente y países productores de gas de la Comunidad de Estados Independientes, le sería imposible suplantar el 62,8 por ciento que garantizaba Rusia de su consumo de gas natural, consideró Volodin.
El pasado 24 de febrero, el presidente Vladimir Putin anunció el inicio de una operación para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, tras lo cual Rusia fue sometida a una guerra económica por Occidente, con la aplicación de más de siete mil medidas punitivas.
Las medidas contra Moscú incluyeron la congelación de más de 300 mil millones de dólares de los activos del Banco Central ruso, la suspensión del sistema Swift para los principales bancos de este país, un embargo parcial a la compra de petróleo ruso y la reducción de la adquisición de gas.
Expertos destacan el efecto bumerán de las sanciones aplicadas a Rusia, con un aumento sin precedentes de los precios de los energéticos en Europa, que provocó una alta inflación y el deterioro de las condiciones socioeconómicas de sus ciudadanos.
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