Tales instalaciones también podrían ser llevadas a naciones de Europa del Este o repúblicas exsoviéticas en el mar Báltico, informó el jefe de las tropas de defensa biológica, radiactiva y química de las fuerzas armadas rusas, teniente-general Igor Kirillov.
El Pentágono prevé en un breve tiempo reinstalar las referidas instalaciones en estados de Europa del este como República Checa y Bulgaria, constató el alto oficial ruso.
La ampliación de la red de laboratorios, sobre la base de los cuales se pueden crear componentes de armas biológicas, crea una amenaza para la seguridad nacional de Rusia, afirmó.
A diferencia del arma nuclear, que Estados Unidos despliega en el territorio de sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, este tipo de alianzas en la esfera de los estudios biológicos le permite acercarse cada vez más a las fronteras de nuestro país, estimó.
Por otro lado, Kirillov señaló que los estudios biológicos de Estados Unidos en Ucrania ignoran los problemas actuales de salud pública de ese país, incluidas enfermedades con impacto social como el sarampión, tuberculosis, SIDA y rubeola.
Tales investigaciones están relacionadas con patógenos cuya aplicación puede ser camuflada como si fuera un brote natural, denunció el teniente-general.
A los clientes norteamericanos solo les interesan otras nomenclaturas de padecimientos como el cólera, tularemia, la peste bubónica, fiebre del Congo y hantavirus, entre otros, destacó el alto oficial ruso.
Ello formó parte de proyectos ucranianos como UP y TEP, constató Kirillov, quien afirmó que, en medio del desarrollo por Estados Unidos de los referidos estudios biológicos, se redujo en 70 por ciento la vacunación en Ucrania contra el sarampión y la rubéola.
Washington debió reconocer la existencia de la red de laboratorios, después que partes de esas instalaciones y sus documentos cayeron en manos de las fuerzas rusas en los primeros días de la operación militar en Ucrania, anunciada por el presidente Vladimir Putin en febrero pasado.
Mucho antes de esa acción bélica, la Cancillería rusa denunció que Estados Unidos contaba con una amplia red de laboratorios en Ucrania, dirigida a la creación de armas biológicas, en contra de la estipulado en la Convención de Prohibición de Armas Biológicas.
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