Mañana domingo más de 15 millones de ciudadanos deben decidir el futuro del proyecto de nueva carta magna, que fue redactada por una comisión elegida por sufragio popular para sustituir a la heredada de la dictadura militar (1973-1990).
Las encuestas divulgadas por los grandes medios de comunicación favorecen el no al texto, pero en los actos de cierre de campaña el apruebo reunió a más de medio millón de personas en esta capital y los activistas por el rechazo apenas congregaron unos 400 seguidores.
Diversos analistas indican que no hay nada definido de antemano debido a la influencia de variables importantes, entre ellas el comportamiento del voto juvenil y el elevado número de indecisos.
El presidente Boric afirmó que para quienes por primera vez pueden decidir democráticamente el contenido y forma de una Constitución, la jornada del domingo será trascendente pase lo que pase.
Desde Punta Arenas el gobernante expresó su confianza en la sabiduría del pueblo chileno y reiteró su llamado a participar en la consulta.
En el plebiscito el voto es obligatorio y sólo están exentos quienes demuestren sufrir problemas de salud, se encuentren en el extranjero o a más de 200 kilómetros de distancia del sitio donde les corresponda sufragar.
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