Durante una visita a la zona donde se levanta la Catedral Metropolitana y otras edificaciones emblemáticas, Prensa Latina constató que el esfuerzo recién comienza y según dijeron transeúntes, aun hay mucho por hacer.
Apenas hay cubiertas de hormigón partes de las calles en los alrededores de la Catedral, donde oficiaba San Arnulfo Romero, el obispo mártir cuyos asesinos aun están prófugos y las investigaciones no muestran a los culpables del homicidio que conmocionó al país.
Sin lugar a dudas comenzó la ofensiva. La Calle Arce está en parte libre de los comercios y vendutas que ocupaban sus aceras pero en áreas cercanas no se ven los progresos.
En la zona, sí se observa un ajetreo incesante, aun el domingo, en lo que será la Biblioteca Nacional, una monumental construcción que se ejecuta con el financiamiento otorgado por la República Popular China.
Más alejado de la catedral y de la plaza de la Libertad, el comercio se mantiene aunque se observa una labor de hormigonado de algunas calles y, sobre todo, una presencia policíal organizando y dirigiendo el tráfico.
También es evidente que la Alcaldía implementa el Plan de Revitalización del Centro Histórico y cientos de vendedores desmontaban sus puestos este fin de semana. Algunos dicen temer ser apresados por el régimen de excepción, algo que puede llevar a su éxodo masivo.
Según pudo constatar Prensa Latina, son cuatro las vías desalojadas este fin de semana, algunas a media y otras en un estado más avanzado, donde se ve a los dueños desmontando estructuras metálicas, entre otras acciones.
Pese a que muchos se sienten desamparados y otros abandonaron la zona donde estaban hace 30 años por tenor a ser arrestados, la Alcaldía prometió incorporarlos a mercados municipales donde podrán continuar con sus negocios.
No obstante, personas afectadas por la medida dijeron que las autoridades apenas les dieron 10 días para mover sus negocios y encontrar sitios donde buscar el sustento de sus familias.
La situación previsiblemente puede terminar en enfrentamientos y en desórdenes, pues muchos de los desalojados este fin de semana llevaban más de 30 años en esta área comercial y si no encuentran pronto una ubicación, la desesperación los puede llevar al enfrentamiento del ordeno de la comuna capitalina.
Lo que fue imposible en anteriores gobiernos ocurre ahora y algunos no logran explicar cómo pudieron las actuales autoridades avanzar en la limpieza y remodelación del entorno que, según indican, será un legado para los capitalinos. Sin embargo, el costo humano de esta acción está por verse.
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