Foto: Yoel Ramos
Piano, bajo, guitarra, flauta, bongó, batería y canciones de la Vieja Trova animaron este domingo, en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez en esta capital, el recital cargado de talento, destreza, pero sobre todo lleno de familiaridad.
Padre e hijas que, por primera vez se unen en un escenario fuera de Cuba para un concierto de este tipo con obras mayormente creadas por miembros de la familia, atraparon al público con la capacidad de Adriana y Andrea para cantar y dominar varios instrumentos, quienes con solo 13 años despuntan como unas artistas integrales.
López-Gavilán, considerado uno de los más grandes genios de la pianística actual, no solo de Cuba, sino de toda Latinoamérica, comentó a Prensa Latina que disfrutó el concierto junto a sus hijas y a su amigo Carlos Rodolfo Valdés, quien brilló con los bongós y la batería.
Adriana y Andrea, que también dijeron sentirse muy satisfechas, tocaron el piano a cuatro manos y contaron algunos detalles de su vida dentro de la música ligada indisolublemente a su padre, a su madre, la reconocida directora de orquesta Daiana García, a su abuelo Guido López-Gavilán, una figura imprescindible de la cultura cubana.
También, López-Gavilán mostró su virtuosismo en este instrumento que lo coloca dentro del mosaico de inmensos pianistas de Cuba como Chucho Valdés, Ernesto Lecuona, Gonzalo Rubalcaba, Ramón Valle, entre muchos otros.
La cubanía en casi todas las obras de amplio diapasón expresivo, las magistrales ejecuciones, elegancia y sentido refinado en cada interpretación, así como la interactuación con el público, en uno de los teatros más concurridos y hermosos de esta ciudad, dejaron una estela de admiración.
Las ovaciones constantes fueron un gesto de gratitud por este regalo al goce sano y a la espiritualidad.
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