Un informe del diario El Salvador asegura que el Plan Control Territorial (PCT) y el régimen de excepción permitieron al gobierno una reducción histórica de los homicidios y que se registren meses con días sin ese tipo de hechos.
Estadísticas del Gabinete de Seguridad indican que julio y agosto de 2022 fueron los más seguros en la historia del país: cada uno concluyó con 21 días sin muertos a causa de las acciones de los grupos delincuenciales.
Aunado a esas cifras, el presidente Bukele anunció ayer en Twitter que en los primeros cuatro días de septiembre no se reportaron muertes violentas. “Termina el cuarto día de septiembre. Los cuatro sin homicidios. Hace pocos años éramos literalmente el país más inseguro del mundo. Ahora estamos en camino a ser el más seguro de América”, sostuvo.
Su anuncio, indicó el diario, fue aplaudido en redes sociales por los diputados del grupo parlamentario de Nuevas Ideas, quienes dan sus votos para la aprobación y las prórrogas del régimen de excepción y para el financiamiento del PCT.
En la Asamblea Nacional, mientras tanto, esos parlamentarios no ocultan su intención de prorrogar esa política que debe caducar en la segunda quincena del mes en curso.
Hace una semana el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en la oposición, propuso una iniciativa para derogarla, algo que fue bloqueado por los representantes de Nuevas Ideas, mayoría en el foro.
Grupos defensores de los derechos humanos plantean que su aplicación indiscriminada trajo como consecuencia un aumento de la cifra de muertos en las cárceles, hoy ocupadas en más de un 280 por ciento de sus capacidades.
Recientemente en un informe del diario La Prensa Grafica el asunto fue abordado por Verónica Reyna, investigadora del Servicio Social Pasionista (SSPAS), uno de los grupos que critican las acciones de las autoridades, quien valoró que la extensión del régimen de excepción responde a intereses partidistas.
Esta acción permite a Nuevas Ideas, dijo, demostrar a la población que el Gobierno se encuentra en un combate nunca antes visto, en contraposición de las pandillas, y borrar en el imaginario una supuesta negociación que mantenía el gobierno con estas estructuras.
Es además, subrayó, una estrategia populista, que permite ganar réditos para ellos y que la población aplaude.
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