Los republicanos de ese estado, divididos sobre a quién nominar para las carreras de gobernador, tendrán que decidir este martes entre el exrepresentante estatal Geoff Diehl, quien promociona el respaldo de Trump, y el empresario Chris Doughty, no alienado al exgobernante.
En noviembre, uno de los dos disputará el puesto con la fiscal general de Massachusetts desde 2015, Maura Healey (demócrata), primera en ocupar ese cargo que es abiertamente LGBTQ+ en Estados Unidos.
Doughty ya invirtió más de dos millones de dólares de su fortuna personal en la campaña electoral y obtuvo el respaldo de diario The Boston Globe, que sugirió a los republicanos “razonables” votar por él si quieren salvar al partido de la extinción.
También el periódico criticó a Diehl, exmiembro de la Cámara de Representantes de Massachusetts por el distrito 7 de Plymouth, por su escasa recaudación debido al apoyo a Trump y por perder ante la demócrata Elizabeth Warren en su candidatura al Senado federal en 2018.
El pasado 16 de agosto, Trump obtuvo quizás su más importante victoria desde que salió de la Casa Blanca tras su candidata Harriet Hageman derrotar a la congresista Liz Cheney, que buscaba otro periodo en la Cámara de Representantes por Wyoming.
A primera vista, la posición de Cheney no fue del todo única, pues la mayoría de los 10 republicanos que votaron en su momento a favor de la destitución de Trump han perdido la reelección este año o han optado por no presentarse a la misma.
Pero en particular esta disputa tuvo un valor simbólico para el exmandatario en su esfuerzo por purgar al partido de una de sus voces conservadoras más críticas, publicó entonces el diario The Hill.
Cheney, vicepresidenta del comité que investiga el asalto al Capitolio federal el 6 de enero de 2021, expresó meses después de la insurrección, que haría todo lo posible para asegurarse «de que el expresidente nunca más se acerque al Despacho Oval».
También durante una audiencia del panel, en julio, sugirió que Trump debería enfrentar cargos federales por sus acciones después de los comicios de 2020.
El magnate ha visto a sus candidatos imponerse en las primarias republicanas en los últimos días, y a juicio de observadores ello le daría municiones en caso de que decida anunciar de una vez su candidatura para 2024.
Sin embargo, el futuro es incierto para el exjefe de la Casa Blanca, quien enfrenta varias investigaciones que podrían cerrar el camino a cualquier intento por retomar las llaves de la mansión número 1600 de la avenida Pensilvania.
acl/dfm