Esas normativas se suman al amplio cúmulo de sanciones contra el gigante eslavo, implementadas por la UE y Occidente tras el lanzamiento de la operación militar especial que Moscú encabeza en el Donbass.
El bloque comunitario acordó la pasada semana suspender el acuerdo de facilitación de visas firmado en 2007, pero no la prohibición total de viajes.
Ahora los ciudadanos rusos deberán pagar una tarifa de 85 euros en lugar de 35 para solicitar un permiso de acceso a la zona Schengen, un área que comprende a 26 países europeos que abolieron los controles fronterizos en los límites comunes.
Además, el tiempo de procesamiento estándar para dicha solicitud se extenderá de 10 a 15 días y, en algunos casos, el escrutinio pudiera durar hasta tres veces ese lapso de tiempo.
Igualmente, se restringirán las visas de entradas múltiples, y los solicitantes deberán proporcionar una lista más extensa de pruebas documentales para respaldar sus pedidos.
En ese contexto Moscú advirtió sobre el efecto bumerang de la mayoría de las sanciones impuestas en su contra.
El presidente ruso, Vladimir Putin, informó en su momento que la operación militar especial en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, respondió a una petición de esos gobiernos.
Los territorios del Donbass sufrieron el asedio militar de Kiev por ocho años bajo la mirada pasiva de los mismos actores que hoy juzgan a Moscú, según el Kremlin.
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