Durante el acto, puramente simbólico, pues el príncipe heredero accedió automáticamente al trono tras la muerte de la reina Isabel II, se anunció oficialmente el deceso de la soberana el jueves pasado, y se confirmó al nuevo rey.
Al igual que hizo la víspera en su primer discurso a la nación, Carlos III elogió el ejemplo, devoción y dedicación de su madre, quien reinó durante 70 años, y dijo estar consciente de los deberes y responsabilidades que asumía al aceptar la proclamación.
El nuevo monarca de 73 años de edad juró además defender el gobierno constitucional y buscar la paz, armonía y prosperidad de la gente en el Reino Unido y en los 14 países de la mancomunidad británica y territorios donde es reconocido como jefe de Estado.
Acorde con la tradición, la proclama fue leída al público desde uno de los balcones del palacio ubicado en el centro de Londres, acto que se repetirá más tarde desde el antiguo edificio de la Bolsa de Valores en la City de Londres, y en cada uno de los territorios que conforman el Reino Unido.
Según trascendió, una de las órdenes aprobadas este sábado por Carlos III fue declarar feriado el día del funeral de Isabel II, cuya fecha exacta aún no ha sido anunciada.
La soberana, que ostentó el reinado más largo de la historia de la monarquía británica, murió a los 96 años de edad en Balmoral, Escocia, rodeada de los demás miembros de la familia real.
El féretro de Isabel II será trasladado este fin de semana al palacio de Holyrood en Edimburgo, y luego a la catedral de St. Giles, para que el público escocés pueda rendirle tributo antes de llevarlo a Londres, donde se celebrarán las honras fúnebres.
El funeral de Estado se celebraría posiblemente el 19 de septiembre, con la presencia de jefes de Estado y dignatarios extranjeros, pero ni la casa real ni la cancillería británica han ofrecido detalles aún sobre el particular.
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