El cortejo fúnebre salió a de la residencia de verano de la realeza británica a las 10:00 hora local, y llegará a la capital escocesa seis horas más tarde, luego de pasar por varias ciudades, donde la gente sale a las calles para darle un último adiós a la monarca, según la transmisión en vivo de BBC.
La casa real anunció que el ataúd permanecerá en Edimburgo hasta el martes, para que los escoceses puedan rendir tributo a su soberana en la catedral de St. Giles, antes de ser trasladado ese mismo día en avión a Londres.
Tras reposar la noche del martes en el Palacio de Buckingham, un armón militar llevará el féretro hasta el Palacio de Westminster, donde permanecerá en capilla ardiente hasta el 19 de septiembre, día en que se realizará el funeral de Estado en la Abadía de Westminster, contigua a la sede del Parlamento.
Al igual que en Edimburgo, se espera que miles de personas se congreguen en Londres para para despedir a la reina, quien estuvo en el trono durante 70 años, el reinado más largo en la historia de la monarquía británica.
Se prevé igualmente que decenas de jefes de Estado y personalidades extranjeras acudan al homenaje.
Una vez concluida la ceremonia fúnebre, los restos mortales de Isabel II serán trasladados ese mismo día al castillo de Windsor, oeste de Londres, para ser depositados en la cripta real de la capilla de San Jorge.
De acuerdo con las reglas de la monarquía británica, tras la muerte de la reina el jueves pasado, el heredero al trono, el príncipe Carlos, accedió automáticamente al puesto.
El nuevo monarca de 73 años y quien gobernará con el nombre de Carlos III, fue proclamado oficialmente rey la víspera por el Consejo de Ascensión.
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