«Nos comunican sobre muchas actividades punitivas fuera de las reglas contra los lugareños de la provincia de Járkov. La gente es torturada. Esto, por supuesto, es indignante. La operación militar especial continuará», afirmó el vocero a la prensa.
Al respecto, el jefe de la administración cívica-militar de la provincia, Vitaly Gánchev, declaró este martes en una entrevista con la cadena RT que «muchas personas» que desearon obtener la ciudadanía rusa, pero no pudieron evacuarse ante la contraofensiva ucraniana ahora «están en grave peligro».
«No depende de si se trata de profesores que pasaban cursos de recapacitación para el sistema de educación ruso, o si eran empleados del sector forestal o de servicios públicos. A los nacionalistas ucranianos les da igual: exterminarán prácticamente a toda la población que vivía bajo nuestro Gobierno de una forma u otra, dirán que todos son traidores», argumentó.
Gánchev precisó que en los territorios retomados por Ucrania «florecen» los saqueos y las matanzas por parte de los efectivos militares. En particular, mencionó la ciudad de Kupiansk, donde, según su información, mercenarios extranjeros disparan contra civiles.
Por su parte, el asesor de la Presidencia ucraniana, Alexéi Arestóvich, indicó que «no habrá ningún sentimiento para colaboradores y ocupantes».
En ese sentido, aseguró que los ciudadanos ucranianos que decidieron recibir pasaportes rusos de forma voluntaria o los que apoyaban a militares del Ejército de Moscú serán castigados. «Y el mejor castigo es la cárcel por traición», escribió el funcionario en su cuenta de Telegram.
Rusia inició el pasado 24 de febrero un operativo armado especial en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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