El féretro con los restos mortales de la monarca fallecida el jueves pasado, a los 96 años de edad, permanecerá expuesto sobre un catafalco en el centro de la sala homónima del edificio que sirve de sede al Parlamento, hasta el lunes próximo, día en que se celebrarán los funerales de Estado.
Minutos antes, el nuevo rey, Carlos III, sus tres hermanos, y los príncipes William y Harry, hijos del soberano, escoltaron a pie el armón militar tirado por caballos que trasladó el ataúd desde el Palacio de Buckingham, ante la mirada de miles de personas alineadas a lo largo del recorrido de casi dos kilómetros.
Aunque la capilla ardiente será abierta al público a las 17:00, hora local de este miércoles, centenares de personas hacen cola desde hace varios días para acceder al Palacio de Westminster y despedirse de la reina.
Para evitar las aglomeraciones y cualquier incidente, las autoridades diseñaron un complicado plan que incluye la entrega de manillas de diferentes colores a los dolientes, a quienes se les aconsejó prepararse para permanecer hasta 30 horas en la cola.
También se anunció que antes de ingresar al edificio, las personas tendrán que pasar por controles de seguridad similares a los existentes en los aeropuertos.
Según la prensa local, se prevé que al menos 750 mil personas participen en el homenaje a la monarca que durante 70 años reinó sobre los británicos y los ciudadanos de otros países de la Mancomunidad de Naciones.
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