Desde junio a la fecha, los informes aumentan la cifra de damnificados cada semana, en especial, en las regiones suroeste y oeste del país, cuyo clima suele ser seco.
Las lluvias también destruyeron más de 25 mil viviendas, 71 aulas, seis centros de salud y 210 almacenes de granos, apuntan las autoridades.
Los servicios meteorológicos pronostican el incremento de precipitaciones hasta finales de septiembre y aconsejaron a la población mantenerse alerta o evacuar en caso de ser necesario.
El número de víctimas este año es inusualmente alto para la temporada de lluvias, según las autoridades de Níger, que padece a la par una grave crisis alimentaria en más del 20 por ciento de su población.
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