En un reciente sondeo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Marquette, el 67 por ciento de los entrevistados opinó que el exmandatario (2017-2021) tenía archivos de alto secreto luego de abandonar la Casa Blanca, pero los resultados variaron entre los grupos partidistas.
El 39 por ciento de los republicanos consideró que el magnate guardaba informes gubernamentales, frente al 65 por ciento de los independientes y el 93 por ciento de los demócratas.
La mayoría de los adultos que expresaron una opinión favorable del republicano, independientemente de su partido, no estuvieron de acuerdo en que tuviera documentos clasificados en su poder.
Dos tercios de los seguidores del partido rojo también señalaron que les gustaría que Trump compitiera por la presidencia en 2024, lo que supone un ligero descenso con respecto a julio, precisa un reporte del diario The Hill.
De igual forma, solo el 11 por ciento de los republicanos indicó que tenía mucha confianza en el Buró Federal de Investigaciones (FBI) -que ejecutó la orden de registro el pasado agosto en la residencia de Palm Beach, Florida- , en comparación con el 29 por ciento de los demócratas.
En tanto, 16 de cada 100 conservadores afirmaron no creer en el FBI, y un 25 por ciento adicional destacó que tenía “muy poca confianza”, cifras que superaron a los demócratas e independientes.
De acuerdo con el DOJ, los agentes recuperaron en Mar-a-Lago más de un centenar de documentos clasificados, entre ellos la descripción de las capacidades nucleares de un gobierno extranjero.
Trump acusó al DOJ de lanzar una caza de brujas partidista contra él y presentó una moción para nombrar un supervisor independiente que revisara los materiales, lo cual fue aprobado por la jueza Aileen Cannon, quien además prohibió temporalmente al Departamento de Justicia analizar los archivos encontrados.
Recientemente una corte federal de apelaciones permitió al Departamento de Justicia continuar el estudio de los archivos, y así dio luz verde al curso de una investigación sobre posible mal manejo de la información por parte del republicano y violaciones de la Ley de Espionaje.
Según explicó el DOJ, los reportes hallados en la mansión incluyen datos altamente sensibles, por lo cual negar a los fiscales el acceso inmediato a esos registros retrasaría la pesquisa y supondría un mayor riesgo para la seguridad nacional.
Trump es también objeto de otras averiguaciones para dilucidar sus esfuerzos para subvertir las elecciones de 2020, su implicación en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y presuntos fraudes para engañar al sistema y enriquecerse injustamente.
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