En nombre del presidente João Lourenço, la embajadora Maria de Jesus dos Reis Ferreira instó una vez más a poner fin del “embargo económico” y a “las medidas y las sanciones unilaterales contra el pueblo cubano que impiden el desarrollo económico, social, técnico y científico armonioso de su país”.
La representante permanente ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) subrayó la condena, en general, a todas las acciones punitivas contra los pueblos sin mandato del Consejo de Seguridad del organismo multilateral.
Estas medidas políticamente motivadas han demostrado ser contraproducentes para los esfuerzos de la erradicación de la pobreza y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; además, recordó, violan los principios de la Carta de la ONU, el Derecho Internacional Público y Humanitario.
Según indicó, el Gobierno angoleño también continuará colaborando estrechamente con la ONU y la Unión Africana en los procesos de diálogo para la resolución de los conflictos, a fin de lograr una cultura de paz, seguridad y estabilidad a escala de subregional y continental.
Al mismo tiempo, seguirá defendiendo el derecho inalienable de todos los Estados a reforzar las capacidades propias de defensa contra las amenazas externas, dotando a sus fuerzas armadas de hombres, medios y equipos en correspondencia con las necesidades nacionales.
En ese sentido, reiteró el llamado al levantamiento del embargo de armas impuesto a la República Centroafricana.
Dos Reis Ferreira se refirió de modo general a las lecciones históricas sobre la necesidad de desalentar el uso de la fuerza para la solución de los litigios entre las naciones soberanas, pues “las consecuencias para la humanidad son inconmensurables”, apuntó.
Sobre la base del principio de no alineación, refrendado en la Constitución de la República, Angola insiste en la resolución de los conflictos a través del entendimiento y el respeto al derecho internacional, explicó.
Los conflictos político-militares y las disparidades persistentes en la esfera del desenvolvimiento económico y tecnológico entre regiones y bloques geográficos del mundo representan una amenaza permanente, juzgó.
No obstante, sopesó, constituyen a la vez una oportunidad para que toda la humanidad aúne sus fuerzas para la resolución pacífica de los diferendos.
Al decir de la diplomática, Angola une su voz a los pedidos de reformar el Consejo de Seguridad a fin de lograr una representación equitativa, la cual corrija la injusticia histórica con el continente africano.
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