Servirá, por supuesto, para determinar al cuarto clasificado a la Final Four de la Nations League programada en junio de 2023, pero especialmente ofrecerá señales del nivel actual de los rivales ibéricos con la mente puesta en la Copa del Mundo de Qatar 2022.
Un empate les bastaría a los lusitanos para unirse al grupo que ya integran Croacia, Países Bajos e Italia. Y para los españoles es cuestión de validar las expectativas triunfalistas que dominaron el ambiente hasta el baño de realidad con Suiza (1-2).
El resultado frente a Suiza llevó a un balance de la Roja con muchos puntos negativos. Desconcentración en la defensa en jugadas de balón parado, falta de profundidad y poca contundencia, al punto de apenas inquietar al arquero helvético Yann Sommer.
Si España ganaba, prácticamente tenía en el bolsillo el liderazgo del grupo A2. Sin embargo, el revés más la goleada de Portugal frente a la República Checa 4-0 cambió la ecuación. Ahora los lusitanos encabezan la serie con dos puntos de ventaja sobre sus vecinos.
Será esta noche en Braga la definición. Visto que Cristiano Ronaldo ya no es la figura de los portugueses, la sangre joven hace más peligroso al cuadro lusitano (Jota, Fernandes, Leao, Cancelo, Dias).
El técnico español Luis Enrique Martínez tendrá que hacer cambios y buscar más coherencia en el ataque, a la vez que fortalecer su línea zaguera. Se da por seguro el ingreso del delantero Alvaro Morata y tal vez en función de titulares a los debutantes Borja Iglesias y Nico Williams. Aunque los medios locales apuestan por retoques más profundos, que dejarían a Unai Simón en la portería; Carvajal, Eric García, Diego Llorente, Gayá; Rodri, Gavi, Pedri; Asensio, Sarabia y Morata, en detrimento de Busquets, Alba y Ferrán Torres.
El problema es que no le vale el empate y tendrá que arriesgar el entrenador, cuestionado por no llamar a filas al goleador gallego Iago Aspas.
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