En su intervención en el segmento de políticas culturales, el ministro cubano alertó que se han profundizado las desigualdades sociales y entre regiones e intensificado los conflictos, incluidos los militares.
Agregó que los discursos manipulan y borran la historia y la memoria colectiva de los pueblos, y crean un complejo de inferioridad ante la presunta superioridad de las metrópolis hegemónicas.
Instó a evaluar las esencias locales, regionales y nacionales sobre los conceptos de patria, pueblo y nación, y defender el de una modernidad descolonizada frente a los depredadores de la cultura y sus valores.
Advirtió que la pandemia puso de manifiesto nuestras vulnerabilidades y los restos mayores que a partir de ahora hay que enfrentar en las políticas públicas incluida guerra cultural mediante la cual se intenta quebrar la unidad del movimiento en torno a las instituciones culturales del Estado.
Estimó que si deseamos potenciar el papel de la cultura en la consecución de la paz deben desaparecer medidas coercitivas contrarias al derecho internacional como las que aplica el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, que intensifica el cerco en estos tres años de gobierno (de Joe Biden) para castigar al pueblo cubano por construir un modelo político soberanamente decidido.
Esa política de bloqueo y guerra económica, dijo, afecta tremendamente a la cultura cubana lo que hace más difícil y complejo la labor de conservación del patrimonio cultural sobre todo el histórico, y acompañada de una campaña mediática para quebrar la unidad del movimiento artístico de la isla.
Cuba aboga por la creación de un desarrollo sostenible y afirma su compromiso con el multilateralismo y la paz internacionales.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) cuenta con Cuba para coordinar posiciones y dialogo permanente sobre la cultura y el desarrollo que tanto se necesita, y estaremos siempre del lado de la justicia, la paz y la solidaridad, concluyó Alonso.
ro/lma