No fue la figura de Pavarotti un mero pretexto en el recital en el teatro del Istituto Italiano di Cultura di Madrid. La huella imperecedera de Modena, su ciudad natal, junto a piezas de espectacular belleza y obras maestras de la tradición napolitana justificaban su donaire.
Desde la ópera del siglo XVIII (Cimarosa, Pergolesi, Paisiello) hasta la canción de autor (Reginella, Fenesta vascia, Torna a Surriento, O’ sole mio, entre otras), enamoraron a los espectadores, también en el disfrute de la actuación del pianista Paolo Andreoli, quien trabajó con el extraordinario tenor hasta su muerte en 2007.
La pulcritud de la soprano Iolanda Massimo deslumbró junto con la belleza de las notas en la pianística de un maestro como Andreoli, y con otro pasaje muy sobresaliente, los dúos. El tenor Tremante se unió a Massimo para evocar de cierta manera a Pavarotti.
Del exquisito pentagrama napolitano, O sole mío conquistó tantas ovaciones como La sonata per clavicémbalo, interpretada al piano por Andreoli, apenas algunas pinceladas del proyecto Modena Cittá del Belcanto.
Se trata de la segunda edición de «In Scena a Palazzo», el ciclo de espectáculos que encabezaron el embajador de Italia en España, Riccardo Guariglia, y la directora del Istituto, Marialuisa Pappalardo, en una abarrotada sala.
Modena Città del Belcanto está promovido por la Fondazione di Modena, Comune di Modena, Fondazione Teatro Comunale e Istituto Superiore di Studi Musicali “Vecchi – Tonelli” y nació sobre la base de una primera experiencia piloto realizada en 2004 con el curso de perfeccionamiento en canto lírico.
Tenía como docentes Luciano Pavarotti, Mirella Freni, Raina Kabaivanska y Leone Magiera.
La iniciativa se apoya en hechos históricos, con el nacimiento de la llamada “canción napolitana” a inicios del siglo XIX como un fenómeno considerado en Italia de excepcional riqueza musical, cultura, y muy en particular, por devenir armónico intercambio de géneros culto y popular.
No es un capricho del destino que Enrico Caruso, Beniamino Gigli, hasta llegar a Plácido Domingo, José Carreras y, obviamente Luciano Pavarotti se nutrieron de la savia de la Opera de Nápoles y dejaron el camino abierto hacia el programa Modena Ciudad Belcanto.
ymr/ft