Aunque las medidas, dan un respiro a los compromisos financieros del país, no implican que su situación fiscal no continué afectada, sobre todo por la falta de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas negociaciones transcurren sin resultados visibles.
La falta de un arreglo con el fondo cierra las puertas a otras multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial para obtener apoyo presupuestario, y acentúa más el cierre de los mercados financieros internacionales al país, en especial por las tasas prohibitivas a las que se le prestaría que superan el 25 por ciento.
La agencia calificadora Moody’s valoró en un análisis la recompra o compra anticipada de deuda que hizo El Salvador y que liquidó el pasado 22 de septiembre, a la que cataloga como un intercambio en dificultades y, por lo tanto, un incumplimiento.
El país tuvo un respiro cuando compró 133 millones de dólares de la deuda de 2023 y 433 millones de la deuda 2025, con descuento, es decir que por estos 565 millones de dólares el país pagó 364 millones, según confirmó el ministro de Hacienda Alejandro Zelaya.
Según expertos en el tema eso pone presión de cara a enero próximo cuando el Ministrio de Hacienda tendrá que pagar lo restante del bono 2023.
Recientemente el gobierno anunció que hará una segunda operación de compra anticipada, en noviembre próximo, de la que no se conocen aún detalles, pero para la agencia calificadora, implicaría una mayor presión para el país.
En ese sentido, economistas explican que las fuentes de financiamiento están apretadas, por lo que consideran el gobierno deberá acudir a sus depósitos en el Banco Central de Reserva, donde están los derechos de giros del FMI, y al sistema bancario o emitiendo deuda en el sistema financiero nacional para financiar la segunda recompra.
Este proceso de compra de los bonos de la deuda equivale que el país sale de un problema para entrar en otro, o sea es comprar una deuda y contraer otra, según opinó el economista Cesar Villalona.
Al respecto, Jaime Reusche, vicepresidente de Créditos de Moody’s, explicó que El Salvador está solo abajo de Venezuela y Argentina en calificación de riesgo, mientras que consideró que la medida de recompra de los bonos 2023 y 2025 sería un incumplimiento de pago.
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