La denuncia aparece reflejada en un documento de 156 páginas que el Sindicato de los Servicios Públicos y Comerciales (PCS, por sus siglas en inglés) envió este viernes a la ministra de Trabajo y Pensiones, Chloe Smith.
Nuestros afiliados han sido empujados a una pobreza cada vez más profunda, y no deberían tener que recurrir a los bancos de alimentos para alimentar a sus hijos, o verse obligados a trabajar desde casa porque el transporte es demasiado costoso, y taparse con una frazada porque la calefacción también es muy cara, asegura el texto.
Según explicó el secretario general del PCS, Mark Serwotka, el informe se elaboró a partir de los testimonios de los empleados públicos, quienes, dijo, se convirtieron en la clase trabajadora pobre.
Estas historias son una prueba demoledora de los efectos crueles de años de austeridad y restricciones de pago impuestas a nuestros afiliados, remarcó.
El PCS anunció que los miembros someten a votación este viernes una propuesta para ir a la huelga en demanda de un alza salarial y mejores condiciones de trabajo, como ya acordaron los trabajadores ferroviarios, postales y portuarios en las últimas semanas.
El Gobierno conservador, en el poder desde hace 12 años, achaca la crisis del costo de la vida que afecta a millones de británicos a los coletazos de la pandemia de Covid-19, el impacto de la guerra en Ucrania y al aumento de los precios globales de los combustibles.
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