De acuerdo con la Casa Blanca, la acción autoriza al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) a coordinar todas las acciones de socorro en caso de desastre, así como proporcionar asistencia a nivel estatal, tribal y local.
Específicamente, la FEMA tiene el permiso para movilizar el equipo y los recursos necesarios con el objetivo de aliviar los impactos del fenómeno natural y nombró a John F. Boyle como responsable de la coordinación de las operaciones de recuperación en las zonas afectadas.
La víspera Biden declaró que existe una catástrofe grave para la Tribu Seminole de Florida (pueblo indígena de esta nación norteña) y ordenó financiación federal para las personas damnificadas y sus tierras asociadas.
La asistencia puede incluir subvenciones para viviendas temporales y reparaciones, préstamos de bajo costo para cubrir las pérdidas de propiedades no aseguradas y otros programas para ayudar a los individuos y propietarios de negocios.
Estados Unidos todavía sufre los efectos del ahora ciclón postropical, que el pasado miércoles atravesó Florida y la víspera tocó por segunda vez tierra norteña en Carolina del Sur.
A su paso dejó edificios arruinados, viviendas sin techos, viales colapsados, zonas inundadas, cortes de electricidad y la tragedia por la muerte de al menos 45 personas, según un recuento del canal CNN a partir de la combinación de informes estatales.
Actualmente las regiones afectadas avanzan en las operaciones de rescate, evaluaciones de daños y limpieza de escombros, con seguimiento a las condiciones del clima, cuando Ian transita por Carolina del Norte y, de acuerdo con pronósticos, debe perder intensidad.
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