La ceremonia de bienvenida concluyó cuando los restos de unos 64 maoríes –pueblo autóctono de las islas principales de Nueva Zelanda y Chatham- fueron llevados al Rongomaraeroa Marae, un sitio sagrado para las sociedades polinesias, ubicado en el cuarto piso del mismo museo.
Los huesos salieron del Museo de Historia Natural de Viena hace seis días y según los registros del centro, la mayoría fueron recogidos por el taxidermista y saqueador de tumbas austríaco Andreas Reischek, que vivió 12 años en Nueva Zelanda, hasta 1889.
El presidente del Consejo de Repatriación de Te Papa, William Pou Temara, destacó el compromiso profundo de ese museo europeo con la corrección de los errores del pasado, esfuerzo que abordó con espíritu de apertura y reconciliación.
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