De acuerdo con la entidad, esos oficiales estaban de servicio y eran los responsables de operar las escopetas para lanzar los botes de gas.
Vale recordar que por una regulación vigente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), está absolutamente prohibido lanzar este tipo de gases en los estadios.
El sábado último, miles de aficionados del club Arema se lanzaron al campo tras concretarse la derrota de su equipo frente al Persebaya Surabaya, en el estadio Kanjuruhan.
Esto provocó grandes altercados entre las hinchadas de ambos elencos, a lo que varios agentes del orden respondieron con el lanzamiento de gases lacrimógenos a la cancha y las tribunas, hecho que agravó aún más la situación, pues dio paso a una gran estampida de los aficionados.
Hasta el momento, la cifra de fallecidos asciende a 125 (17 menores), mientras 323 resultaron heridas en lo que ya es considerado una de las mayores tragedias de todos los tiempos en el fútbol.
Los reportes médicos aseguran que la mayoría de los fallecidos murieron de asfixia, traumas o pisoteados en el suelo.
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