Traore lideró la asonada castrense del viernes pasado que desalojo del poder al autoproclamado presidente Paul Henri Sandaogo Damiba, quien a su vez defenestró en enero pasado al presidente constitucional Roch Marc Christian Kabore.
El país se encuentra en estado de emergencia, necesitamos acelerar el paso, ir más rápido, y ni siquiera puedo decir en qué esferas porque en Burkina todo es urgente, dijo el flamante líder, tras una reunión en la cual Damiba Sandaogo presentó su renuncia.
Todo es urgente, desde la defensa, hasta la seguridad pasando por la salud, la acción social y la infraestructura, dijo el oficial, según los trascendidos recogidos por la prensa.
La autoridad de la nueva dirección es cuando menos frágil pues solo se extiende al 40 por ciento de este empobrecido país africano, aunque no se descarta que la dimisión de Damiba Sandaogo allane el camino para el acatamiento del hecho consumado por unidades desplegadas en zonas del interior.
En lo inmediato las nueva autoridades tiene como prioridad mostrar resultados en el combate a los grupos islamistas que actúan en el país desde 2015 cuyos frecuentes ataques y atentados sirvieron de justificación al derrocamiento del presidente Kabore y, ahora, de Sandaogo Damiba.
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