La encuesta realizada por la empresa YouGov entre tres mil 321 adultos arrojó que incluso un 43 por ciento de las personas que dijeron apoyar al gobernante Partido Conservador está de acuerdo con adelantar los comicios, contra un 46 por ciento que se opone.
Entre los opositores, los laboristas, que disfrutan por estos días de una ventaja récord en la intención de voto, son los más interesados en ir a las urnas cuanto antes, con el 86 por ciento, seguido por el 78 por ciento de los liberales demócratas.
De acuerdo con analistas, el Partido Conservador, en el poder desde hace 12 años, atraviesa por una crisis de credibilidad a partir de los numerosos escándalos que dieron al traste con el mandato del primer ministro Boris Johnson en julio pasado.
A Liz Truss, quien relevó a Johnson el 6 de septiembre pasado tras derrotar a Rishi Sunak en el concurso interno de liderazgo, tampoco le ha muy bien en las pocas semanas que lleva en el cargo.
Las críticas hacia la gobernante, quien tiene previsto clausurar el congreso anual del partido este miércoles en Birmingham, se acrecentaron luego de que el ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng presentó un controvertido plan para estimular el crecimiento económico y enfrentar la inflación.
La propuesta, que incluye una histórica rebaja de impuestos, fue rechazada por amplios sectores de la sociedad, entre ellos varios diputados conservadores, por considerar que fue diseñada para beneficiar a las personas de mayores ingresos.
El plan fiscal hizo tambalear los mercados financieros, ante el temor de que dispare la deuda pública británica, e hizo caer temporalmente la libra esterlina a sus niveles más bajos de las últimas tres décadas.
Tras la caída de la divisa británica, el Banco de Inglaterra anunció la compra de los bonos del Estado para ayudar a estabilizar el mercado.
Ante la avalancha de críticas, Truss dio marcha atrás al recorte fiscal para los ricos, pero ahora se teme que el Gobierno reduzca el gasto público y los beneficios para las personas más pobres para financiar el polémico plan fiscal.
Los profesores de Economía Política de la Universidad de la Ciudad de Birmingham, Alex de Ruyter, Steven McCabe y Beverley Nielsen, coincidieron la víspera en señalar a Prensa Latina que “solo un milagro” podría salvar a la primera ministra británica de ser defenestrada por sus propios correligionarios antes de la próxima Navidad.
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