Un equipo de tres científicos conquistó el lauro: los estadounidenses K. Barry Sharpless y Carolyn R. Bertozzi así como el danés Morten Meldal.
Sharpless y Meldal sentaron las bases de una forma funcional de química —la llamada química clic— en la que los bloques de construcción molecular se unen de forma rápida y eficaz, explicó la entidad.
Por su parte, Carolyn Bertozzi llevó esta química a una nueva dimensión y ha empezado a utilizarla en organismos vivos, resaltó.
El Premio de Química de este año trata sobre no complicar demasiado las cosas, sino de trabajar con lo que es fácil y sencillo. Las moléculas funcionales pueden construirse incluso siguiendo un camino sencillo, afirmó el Presidente del Comité Nobel de Química, Johan Åqvist.
Resaltó además al fundamentar la decisión que K. Barry Sharpless alrededor del año 2000, acuñó el concepto de química de clic, que es una forma de química sencilla y fiable, en la que las reacciones se producen rápidamente y se evitan los subproductos no deseados.
Poco después, junto a Meldal —independientemente el uno del otro— presentaron lo que ahora es la joya de la corona de la química clic: la cicloadición de azidas a alcalinos catalizada por cobre.
Se trata de una reacción química elegante y eficaz que se ha generalizado. Entre otros muchos usos, se emplea en el desarrollo de productos farmacéuticos, en el mapeo del ADN y en la creación de materiales más adecuados.
La química clic y las reacciones bioortogonales han llevado a la química a la era del funcionalismo. Esto está aportando el mayor beneficio a la humanidad, según el comité Nobel.
Este año se repite que un mismo científico conquiste el galardón dos veces: primero el británico Frederick Sanger en 1958 y después en 1978.
Ahora K. Barry Sharpless se volverá a llevar a casa otra medalla con los quimic click, adicionada a la merecida en 2001 por las reacciones de oxidación con catalizadores quirales.
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