Aunque la cifra oficial de decesos comprobados ahora llega a 29, los especialistas consideran que casi medio centenar de personas murieron por la letal dolencia, pero parte de ellas fallecieron antes de poder realizarles análisis requeridos para confirmar que su deceso fue causado por el virus.
La enfermedad reapareció en este país de África oriental a comienzos del mes en curso y desde entonces prosigue su paso arrollador a pesar de los esfuerzos de las autoridades sanitarias ugandesas para contener la propagación con pesquisas y una campaña de concientización en las zonas de peligro.
El cuadro se complica debido a que la vacuna existente contra el virus es ineficaz contra la cepa de Sudán, la que padecen los ugandeses contagiados, según precisiones del representante de la Organización Mundial de la Salud en Uganda.
Aunque el brote comenzó en la ciudad central de Mubende ahora están presente en las localidades vecinas de Kassanda, Kyegegwa y Kagadi y amenaza con propagarse a otras zonas.
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