Duplicando las estimaciones publicadas el mes pasado, las lluvias torrenciales también están arrasando los cultivos y destruyendo las viviendas en la nación africana tras cuatro años consecutivos de inundaciones, que ya afectan a nueve de sus diez Estados, señala una nota del ente publicada este miércoles.
«Según los informes, las inundaciones afectan al ganado y a las cosechas, arrasan carreteras y puentes, destruyen viviendas, escuelas e instalaciones sanitarias. Pero también han sumergido pozos y letrinas, contaminando con ello las fuentes de agua, por lo que existe el riesgo de que se produzcan brotes de enfermedades transmitidas por el agua», declaró la OCHA.
En el Estado de Unity, una de las regiones más afectadas, la subida del nivel del agua rompió presas en dos lugares el domingo, amenazando con inundar los campamentos de desplazados internos y una base de la Misión de las Naciones Unidas, de acuerdo con reportes oficiales.
Del lado del Estado occidental de Bahr el Ghazal, las fuertes lluvias provocaron el derrumbe de un puente clave, lo que interrumpió la entrega de ayuda crucial a poblaciones que ya estaban afectadas, alertó la organización.
Sudán del Sur, es uno de los países más pobres del planeta a pesar de sus grandes reservas de petróleo, cuatro de cada cinco habitantes viven en la pobreza absoluta y casi dos tercios de su población padecen hambre severa, según las cifras del Banco Mundial para 2018.
Desde que consiguió independizarse de Sudán en 2011, la joven nación se encuentra sumida en una crisis económica y política crónica, y lucha por recuperarse de las secuelas de una guerra civil de cinco años que dejó casi 400 mil muertos.
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