El reporte firmado por el Inspector de Prisiones, Charles Taylor, da cuenta de que uno de los detenidos estuvo encerrado durante 33 meses más de los que le correspondían, a la espera de que las autoridades tomaran una decisión sobre su futuro.
Según cifras del Ministerio británico del Interior correspondientes a 2021, un total de 31 inmigrantes permanecieron más de un año encarcelados después de cumplir sus condenas.
Taylor, quien calificó de «inexcusable», recomendó a las autoridades comenzar a trabajar cada caso con tiempo suficiente para que nadie tenga que esperar en prisión una vez cumplida la sentencia, y sin tener idea de cuándo van a salir o si será deportado.
También se detectó que las personas retenidas en los centros de deportación tienen más oportunidades de recibir ayuda legal que quienes son retenidas en la cárcel, donde a muy pocos, afirma el reporte, se les dice que tienen derecho a una sesión de 30 minutos con un abogado.
En su defensa, el Gobierno alegó que entre las personas que siguen en prisión antes de ser deportadas hay individuos peligrosos que cometieron delitos graves.
El vocero oficial agregó que las autoridades mejoraron el acceso de los detenidos a los servicios legales y garantiza que se tengan en cuenta las vulnerabilidades de esas personas.
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