De acuerdo con los resultados de un informe presentado este jueves por Ulloa en conferencia de prensa, de ese alto porcentaje, el 33.9 por ciento de la población carcelaria sufre al menos un problema de salud, el 29.3 por ciento, dos; el 14.2 por ciento, tres, mientras que el 5.1 por ciento más de cuatro.
El documento refiere que la condición de salud «es precaria» en los recintos y señala que la mitad de los reclusos no recibe asistencia sanitaria.
Ulloa mencionó que las enfermedades predominantes son las del corazón, con un 31 por ciento, en tanto el 30 por ciento de esas personas padece problemas oculares, el 25 por ciento dolencias de células falciformes y un 20 por ciento trastornos mentales.
El informe también detalló que un 10 por ciento sufre de alteraciones renales, ocho por ciento tiene diabetes, cinco por ciento tuberculosis y tres por ciento VIH, virus causante del Sida.
La situación en las cárceles del país es tema recurrente en estos días. Un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos reveló la víspera que más del 80 por ciento de los reclusos son prisioneros preventivos y no se aprecian mejoras en ese sentido.
Lo anterior ocasiona hacinamiento en esas instalaciones, pues en un recinto con capacidad para 12 mil personas hay casi 26 mil, con unos 13 mil viviendo en condiciones infrahumanas, según la referida comisión, que instó al Gobierno a adoptar medidas claras para tratar esa crisis creciente y “descongestionar” las cárceles.
El presidente Luis Abinader reconoció hace dos semanas que su gestión ha hecho arreglos en el sistema carcelario del país, pero no los suficientes para mejorarlo significativamente.
En esa ocasión anunció que se está terminando la readecuación de la cárcel Las Parras, que llevaba seis años en abandono.
«Cuando pueda moverse un 28 o 30 por ciento de los privados de libertad de la cárcel de La Victoria a Las Parras, vamos a poder mejorar las otras cárceles del país», acotó Abinader, quien confesó que es un área en la que se debe hacer una mayor inversión.
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