Según el portal PowerOutage.us, también sufren apagones alrededor de 60 mil receptores en el estado de Maine, nueve mil 300 en California y seis mil en Ohio.
Ian dejó sin luz a 2,6 millones de clientes en Florida el pasado 28 de septiembre, cuando tocó tierra norteamericana con categoría cuatro en la escala de Saffir-Simpson, de cinco posibles, y vientos superiores a 240 kilómetros por hora.
De acuerdo con fuentes oficiales, la recuperación de la totalidad del servicio puede tardar semanas, debido a los estragos del ciclón, que destruyó viviendas, negocios, viales e infraestructura vital para el suministro de la electricidad. El director de comunicaciones de la compañía Florida Power & Light, David Reuter, precisó que demorará más restaurar la energía en los condados del oeste del estado.
Un análisis del grupo de investigación Climate Central reveló el mes pasado que los cortes de energía en Estados Unidos aumentaron en los últimos 10 años en un 64 por ciento en comparación con la década anterior.
Entre 2000 y 2021, el 83 por ciento de todos los apagones informados fueron causados por un evento relacionado con el clima, desde incendios forestales provocados por sequías, hasta tormentas dañinas como tornados y huracanes, indicó el reporte.
El estado de Texas registró la mayor cantidad de apagones relacionados con las condiciones atmosféricas desde 2000, seguido por Michigan, California, Carolina del Norte y Pensilvania.
“El sistema que tenemos no se construyó en el clima que experimentamos ahora, ni está preparado para el que veremos en el futuro”, señaló al canal CNN la analista de datos Kaitlyn Trudeau.
Al respecto, insistió en la importancia de invertir en tecnologías para crear una red eléctrica más confiable y resistente.
No obstante, en opinión del investigador Romany Webb, “desafortunadamente, muchas compañías del sector y operadores de sistemas aún no se involucran en este tipo de planificación y, en cambio, optaron por ignorar la realidad del cambio climático”.
acl/cgc