Julia, el huracán degradado a tormenta tropical dejo en territorio salvadoreño una estela de muerte, 10 fallecidos, inundaciones, desbordes de ríos y cuantiosas afectaciones en la agricultura, viviendas, puentes y otros daños antes de moverse y desaparecer en Guatemala.
Emergencia Nacional, alerta roja, suspensión de las clases en todos los niveles de enseñanzas, tres días la bandera a media asta por los fallecidos, entre ellos cinco militares que perecieron sepultados por un alud, marcaron la semana.
Las mayores afectaciones las causaron las lluvias con acumulados que ayudaron a superar el registro histórico para un año (dos mil milímetros) cuando a mediado de semana ya se registraban dos mil 45 milímetros, según dijo Fernando López, ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn)
Aunque las zonas oriental y central del país fueron las más golpeadas, el fenómeno daño todo el país y un mar de agua, aun este sábado, cubre algunas zonas donde los escurrimientos y la saturación de la tierra mantienen el peligro.
Datos de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) aseguran que las pérdidas se acercan a 19 millones de dólares a precios actuales en los mercados del maíz y el frijol, dos de los renglones más dañados por las lluvias y los fuertes vientos.
En lugares como Atiquizaya, Ahuachapán, al oeste del país, el temporal arrasó con cultivos de hortalizas, café, granos básicos e infraestructuras.
Según Campo, estimados indican que las lluvias dañaron 11 mil 502 manzanas (64 manzanas equivalen a una caballería) cultivadas de maíz y se perdieron 575 mil 114 quintales, así como afectaciones en mil 391 manzanas de frijol que equivaldrían a 20 mil 881 quintales.
Según el Ministerio de Agricultura, a nivel nacional se perdieron 400 manzanas de arroz, 163 de maíz, 140 de frijol, 16 de plátano, cuatro de cítricos y un cinco por ciento de la producción de café, fundamentalmente en los departamentos de Zapotitán, San Miguel, Morazán, La Unión, Usulután, La Libertad, Chalatenango y San Vicente.
Esa fue parte de la realidad que vivieron los salvadoreños en los últimos días, mientras prosigue la lucha contra las pandillas o maras con más detenciones, cuyo número supera las 55 mil y el gobierno anticipa que no se detendrá hasta tener tras las rejas a un aproximado de 76 personas que forman parte de esos grupos.
Para apoyar ese objetivo, el gobierno propuso y la Asamblea Nacional aprobó el viernes en la noche la séptima prorroga del estado de excepción hasta el 17 de noviembre que suspende varios derechos.
En este escenario de enfrentamiento a esos grupos prosiguen las denuncias por presuntos abusos de poder, denuncias de arrestos de inocentes y la muerte de cerca de 80 personas bajo custodia de las autoridades.
Ante esto, destacó la elección de Raquel Caballero de Guevara como procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, pese a críticas por una sanción que recibió del Tribunal de Ética cuando ocupó ese cargo en un mandato anterior.
Caballero ocupará el cargo los próximos tres años, del 16 de octubre de 2022 hasta el 15 de octubre de 2025.
En este ambiente termina la semana en El Salvador, también caracterizado por las turbulencias económicas pese a la imagen de prosperidad que algunos tratan de mostrar, en un país donde la inflación ronda el siete por ciento.
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