Planteó garantizar desde el Gobierno central un alto grado de autonomía a los dos primeros territorios, respaldo en su desarrollo socioeconómico y en el impulso a la prosperidad y estabilidad duraderas.
Pero convocó a también hacer efectivo el poder administrativo general de Beijing en ambas metrópolis y el cumplimiento de las leyes.
Respecto a Taiwán, Xi dijo que impulsarán insistentemente la reunificación priorizando los intercambios económicos y culturales, los canales pacíficos y los contactos entre la población de ambos lados del estrecho.
“Pero nunca nos avendremos a renunciar al uso de la fuerza armada y nos reservamos la opción de adoptar todas las medidas necesarias, lo cual no va dirigido (…) contra los compatriotas taiwaneses, sino contra la intromisión de fuerzas externas, así como contra una ínfima minoría de secesionistas”, advirtió.
En ese punto, subrayó que se trata de un “asunto propio de los chinos y deben ser los chinos quienes lo decidan”.
Xi hizo estas declaraciones al inaugurar este domingo en Beijing el 20 Congreso del Partido Comunista de China, el cual se extenderá hasta el próximo día 22 con la asistencia de casi dos 300 delegados.
Como secretario general de la agrupación, el líder presentó un informe que analizarán y someterán a votación los participantes en la cita quinquenal.
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