La experta en vegetación marina del CIEC, Claudia Bustamante, señaló que la zona subacuática está formada por plantas bien adaptadas al medio y adquiere gran importancia desde el punto de vista medioambiental y económico, por la alta diversidad biológica que poseen esos ecosistemas costeros.
Precisó que los pastos marinos, también llamados praderas sumergidas, intervienen en la regulación del clima, son sumideros del carbono atmosférico, protegen las costas y contribuyen a la formación y mantenimiento de las playas, además, son reservorios de una gran variedad de peces, tortugas, delfines y tiburones.
Los efectos del cambio climático y la contaminación causada por el hombre están entre los factores que afectan la integridad de los pastos, principal zona de crianza, alimentación y refugio de la fauna marina, por lo que su cuidado y protección es vital para el mantenimiento de la vida en los mares, resaltó la especialista de la institución científica.
Frente a los cayos del norte de Ciego de Ávila, por el contorno exterior de la plataforma se extiende una barrera coralina del tipo frontal, de aproximadamente 100 kilómetros, donde afloran corales de retingas o cabezos, principales valores de esas formaciones.
Precisamente en esa zona se práctica la actividad de buceo contemplativo, en 30 puntos, siempre cumpliendo con las normas internacionales de protección y conservación de los fondos marinos.
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