Más de un millón de imágenes en blanco y negro que se tomaron durante el período de la Guerra Fría demuestran que esos datos abarcan casi todo el mundo y están disponibles en todas las estaciones, señaló un informe de la Facultad de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Universidad de Friburgo, en Alemania.
Indica, además, que el estudio llevado a cabo con esas fotos, tiene como objetivo avanzar en la aplicación de datos satelitales desclasificados en los campos de la ecología y la conservación.
Los investigadores a cargo de la indagación indicaron que las imágenes aportan antecedentes sobre los cambios históricos de los ecosistemas, las poblaciones de especies o las modificaciones en las influencias humanas sobre el medio ambiente.
Asimismo, refieren que pueden tener aplicaciones futuras como el empleo de la amplia escala espacio-temporal de las imágenes satelitales que ayudaría a mejorar la comprensión de conceptos ecológicos como líneas de base cambiantes, efectos de retraso y de legado.
En el comunicado de la universidad alemana, se resalta que esa mejor comprensión podría conducir a un mapeo detallado de la extensión histórica y la estructura de los ecosistemas; así como ayudar en la reconstrucción de hábitats y distribuciones de especies pasadas.
A futuro, puntualiza el comunicado, ese conocimiento sería de utilidad para la planificación de la conservación y los esfuerzos de restauración de ecosistemas, “al ayudar a identificar, por ejemplo, líneas de base ecológicas significativas”.
De cara al desafío que engloba también el uso de imágenes de satélites espías por la escasa contribución en cuanto al acceso a datos relacionados con ellas y su intercambio; los científicos a cargo de dicho estudio pidieron esfuerzos de colaboración entre los poseedores de esas fotos y los expertos en teledetección.
Sin considerar el pasado con mayores precisiones, “podemos sacar conclusiones erróneas sobre el estado actual del medio ambiente”, concluyeron los especialistas.
mem/cdg