Los temores, que comparten incluso algunos republicanos, se relacionan con el efecto que estos candidatos tendrían a la hora de socavar aún más la confianza en las futuras contiendas en caso de que lleguen a cargos estatales, especialmente cuando Estados Unidos enfrentaría otra carrera presidencial polarizada en 2024.
Aspirantes a la gobernación, como Kari Lake en Arizona y Doug Mastriano en Pensilvania, y a la secretaría de Estado, como Jim Marchant en Nevada y Kristina Karamo en Michigan, cobraron notoriedad por poner en duda las últimas elecciones presidenciales.
De hecho, algunos de ellos sugirieron que no habrían certificado los resultados de 2020.
Un estratega del Partido Republicano citado en condición de anonimato por el diario The Hill advirtió que «en términos de su impacto en el 24 (…) no es una hipérbole decir que podrían desencadenar una crisis constitucional”.
Ello simplemente tendría consecuencias imprevisibles si el expresidente Donald Trump se presentara como candidato a la vuelta de dos años y perdiera otra vez en un hipotético duelo frente al actual mandatario demócrata, Joe Biden, apuntó.
Arizona es motivo de particular preocupación, pues Lake y Mark Finchem (R), candidato a secretario de Estado allí, aparecen empatados o por delante de sus oponentes demócratas en varias encuestas recientes.
«Creo que Arizona es un buen ejemplo. Es un estado importante. Es un estado en el que los demócratas se abrieron paso en 2020 y podrían ganar en 2024”, afirmó el estratega Brad Bannon, al describir un hipotético escenario en el que Biden vaya a la reelección.
Sin embargo, si Lake es gobernadora entonces y Finchem es el secretario de Estado, Biden podría obtener la mayor cantidad de votos y aun así no conseguir la certificación que necesita para el voto electoral, alertó el analista demócrata.
Según la organización States United Action, un negacionista aparecerá en la papeleta de casi la mitad de las elecciones a secretario de Estado y a gobernador en las diferentes carreras en el país.
«Lo que llamamos negadores de las elecciones van a ganar este otoño porque hay muchos que se presentan», argumentó Simon Rosenberg, exasesor de la campaña de los demócratas de la Cámara de Representantes.
No obstante, algunos demócratas, republicanos y otros observadores políticos sugirieron que existen controles y equilibrios para impedir que los malos actores comprometieran seriamente los resultados electorales.
Casi dos años después de su derrota, Trump sigue pregonando que le robaron la elección.
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